María Manuela recorre los barrios juntando cartones para su salario. En su vientre anida un niño pequeño, José, su padre, es un jornalero. Camina que camina, María se pregunta ¿Cuándo habrá de nacer? Si es para Nochebuena lo llamará Emanuel. Como el bebé del cuento que una vez leyera, el día que cansada se sentó en la iglesia y abrió un libro de tapas muy gruesas. Era un nuño pobre como eran ellos, como ellos, sus padres, no tenían sustento, sin un lugar decente donde poner la cuna, de candil solo había la luz de la luna. María quiere que su hijo sea como el niño del cuento, el Salvador de la tierra. Y se duerme soñando que viene una estrella para anunciarle que ya no será cartonera. Porque el Buen Dios le dará las fuerzas para luchar por el niño que en su vientre lleva.