Creo Señor, que tú preparaste la tierra de mi vida.
Isaías 5: 1-7
Creo Señor, que tú preparaste la tierra de mi vida;
La removiste, la nutriste y amaste cada uno de los brotes que allí plantaste.
Creo Señor, que el cuidado que has hecho de mi vida
Ha sido muy prolijo y cuidadoso.
Creo, como siempre, que tu corrección amorosa ha sido justa,
Que si esperabas frutos dulces y di frutos agrios,
Merezco ser dejada de lado.
Y tú Señor preguntas ¿qué más le haré a mi viña?
Yo te pido otra oportunidad.
Dame, Señor, la oportunidad de re – comenzar el trabajo;
Trabajando mi propia vida, sacando lo viejo, sembrando lo nuevo.
Y ahora sí, intentar en tu nombre, dar los mejores frutos,
El de tu Espíritu Santo que lleva consigo:
Amor, Paciencia, Alegría, Paz, Fidelidad, Dominio propio.
En el nombre del gran sembrador, tu hijo Jesús, Amén.
P. Cristina Dinoto (Iglesia Evangélica Metodista Argentina – San Rafael, Alvear y Bowen)