(recordando la experiencia de Aldersgate de John Wesley, un 24 de Mayo de 1738)
Dios Todopoderoso, en un tiempo de gran necesidad llamaste a tus siervos John y Charles Wesley, y por tu Espíritu inspiraste sus vidas para encender una llama de amor sagrado que corrió cual llama inextinguible. Concédele a todos aquellos cuyos corazones han sido encendidos por el poder del Espíritu Santo, que sus vidas sean renovadas por tu gracia cada día, y en consagración y fidelidad llevar la santidad bíblica a toda la tierra. Que tu Santa Voluntad sea en la tierra como en el cielo; en Jesucristo, nuestro Señor. Amén
Autor: Fred D. Gealy
Traductor: P. Carlos Amarillo (Argentina)